York, Inglaterra
York, Inglaterra, es una de las ciudades más históricas de Gran Bretaña, que narra en sus monumentos y atractivos la larga y rica historia de esta isla. A lo largo de los siglos, romanos, anglosajones, vikingos y normandos han ocupado esta urbe del norte de Inglaterra que, por su posición cercana a Escocia, se convirtió en un punto estratégico de vital importancia.
Sin duda alguna, la Catedral, llamada Yorkminster, es uno de los monumentos más importantes que ver en York. Se trata de la segunda catedral gótica más grande del norte de Europa -solo por detrás de la Catedral de Colonia, en Alemania-. Una obra maestra de la arquitectura medieval que domina la ciudad y enamora a los viajeros desde hace siglos. En su interior, la luz que traspasa las vidrieras crea un ambiente místico que le envolverá.
Precisamente las vidrieras son uno de los elementos característicos de la Catedral de York. De hecho, esta catedral tiene la mayor colección de vitrales de toda Inglaterra. Cuando el viajero entre al templo, encontrará de frente las Cinco Hermanas, cinco ventanales altos y estrechos de gran belleza. A su espalda dejará el rosetón que inunda de luz toda la estancia y recuerda en sus motivos la Guerra de las Dos Rosas. No puede perderse tampoco el Coro de la Catedral, una auténtica obra maestra de artesanía que le embelesará.
De nuevo en la ciudad de York, Inglaterra, tendrá la oportunidad de descubrir más de la historia de esta región en el Jorvik Viking Center, un museo que muestra la etapa de York como un poblado vikingo en torno al año 1000. Aquí podrá encontrar piezas arqueológicas –desde utensilios de trabajo hasta sus temidas armas- y representaciones de aldeas, granjas y edificios de la época vikinga.
Otro de los monumentos que hay que ver en York es el Museo Yorkshire. Se trata de un museo que aúna toda la historia del Condado de York. Este museo tiene cuatro importantes colecciones: la Colección arqueológica, con piezas de todas las culturas que habitaron en la región; la Colección de astronomía, que cuenta con instrumentos y telescopios centenarios; la Colección de biología, que contiene hasta 200.000 especímenes de todas partes del mundo; y la Colección geológica, con una enorme cantidad de fósiles.
También merece la pena pasear por los jardines del museo. Se trata de un jardín botánico que, además, contiene los restos de varios edificios históricos, como las ruinas de la Abadía de Santa María, un convento del siglo XI, y los vestigios de la antigua muralla romana que protegía la ciudad.
Al caer la noche podrá visitar York Dungeon. Es una atracción turística ambientada en lo más sombrío y oscuro de York que repasa la historia más truculenta de la ciudad, incluyendo la terrible plaga de Peste Negra que azotó la ciudad o el final de Guy Fawkes tras el motín de la pólvora. También podrá embarcarse en alguno de los paseos de fantasmas, que recorren la ciudad y se dejan llevar por el misterio de la ciudad.
Al alejarse de la ciudad e internarse en el Condado de York, no podrá dejar de visitar el Castillo de Howard, el conocido como Versalles Francés. Se trata de un palacio del siglo XVIII con unos jardines muy elaborados basados en el entonces innovador diseño del palacio real galo. Además de la lujosa decoración que contiene el castillo, también cobra una especial relevancia el apacible entorno natural en el que está situado.
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