Xian, China, el extremo de la Ruta de la Seda - Panavisión Tours

Xi'an, China

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Xi'an, China, el extremo de la Ruta de la Seda

El Museo de los Guerreros de Terracota y la Pagoda de la Oca Salvaje son los principales monumentos de la ciudad

Xi'an, China, es una de las ciudades más importantes del país, una parada imprescindible cuando se viaja hasta el país asiático, que cuenta entre sus principales monumentos algunas de las más sorprendentes maravillas del mundo.

Xi'an fue en su tiempo el extremo oriental de la Ruta de la Seda, el lugar al que acudían los comerciantes para hacerse con los textiles chinos y comerciar con ellos en los países de Europa y Oriente Medio. Por esta condición de ciudad comercial, la plaza fue prosperando, llegando a convertirse en un crisol de culturas, como prueba en sus principales monumentos.

Sin duda alguna, el principal atractivo de Xi'an, China, es el Museo de los Guerreros de Terracota. Uno de los lugares más impactantes de todo el país, situado a unos kilómetros de la ciudad. Se trata del mausoleo del Emperador Qin Shi Huang, el primer emperador de la dinastía Qin que eligió ser enterrado con este formidable ejercito de figuras de barro. Con el descubrimiento de la tumba, se construyó una carpa encima que permitiese a los viajeros contemplar este formidable espectáculo y se habilitó como museo.

Las cifras de este séquito funerario son, sencillamente asombrosas. Hay tres fosas que contienen a los guerreros, separados por su rango militar. En la fosa principal, de más de 200 metros de longitud, se hallan más de 7.500 soldados rasos, moldeados a tamaño natural y cada uno con sus propias características físicas. La segunda de las fosas contiene unas 1.000 estatuas y la última de ellas, la que se cree que representa al Estado Mayor y los generales, contiene 69 figuras, incluyendo caballos.

No hay quien duda en describir este espectacular mausoleo como una de las grandes maravillas del mundo. Cuando vea a estos soldados guardar el mausoleo de su emperador, podrá sentir la grandeza de la historia de China.

El centro histórico de Xi'an también merece una visita. Se trata de una de las ciudades más antiguas y tradicionales de todo el país, y eso se deja ver en sus calles. Podrá ver como aún se conservan los restos de las murallas que saludaban a los comerciantes que recorrían la ruta de la seda.

Probablemente, la construcción más conocida de Xi'an, China, sea la Pagoda de la Oca Salvaje. Se trata de una enorme torre budista de 64 metros de altura –aunque originalmente, en el siglo VII, ‘solo’ contaba con 54-. Se trata de uno de los mejores ejemplos de la arquitectura budista de esa época en China. Por supuesto, desde lo alto de esta torre podrá disfrutar de unas increíbles vistas de la ciudad. La entrada cuesta, aproximadamente, unos 3€.

La Pagoda de la Oca Salvaje forma parte del Templo Da Ci’en, consagrado al budismo, y en los que podrá sumergirse en las milenarias tradiciones de esta cultura.

En el centro de Xi'an también podrá disfrutar de la Torre Campana y la Torre Tambor. Estos edificios responden a la tradición de hacer sonar la campana al amanecer, para dar comienzo al día; y el tambor al atardecer, al finalizar la jornada. En la Torre de la Campana contiene una colección de campanas entre las que destaca jingyun, de más de dos metros de altura y seis toneladas y media de peso. En la Torre del Tambor, también se alberga una colección de tambores. Desde lo alto de estos edificios, que superan los 40 metros de altura, podrá disfrutar de panorámicas espectaculares de la ciudad.

También podrá disfrutar en Xi'an, China, del Barrio Musulmán. Se trata de un vecindario poblado desde hace siglos por fieles de esta religión, que se extendió hasta esta zona del mundo gracias a la Ruta de la Seda. Es una visita obligada en este punto la Gran Mezquita de Xian, un edificio del siglo VII que mezcla en su arquitectura los elementos árabes más antiguos con motivos orientales. Una mezcla que sin duda le encantará.

Disfrute en Xi'an de la mezcla de culturas que se dio en sus calles durante siglos y, por supuesto, de la gran maravilla que supone los Guerreros de Terracota, una visita obligada del turismo en China.