Viajes a Roma, la ciudad eterna - Panavisión Tours

Viajes a Roma

Italia

Viajes a Roma, la ciudad eterna

Decidir qué ver en Roma puede convertirse en una tarea épica

Roma es la ciudad eterna de Europa. Y lo es por varios motivos: por su pasado, tanto histórico como religioso, por su presente y por su futuro. Decidirse a viajar a la capital de Italia supone sin duda embarcarse en un paseo por la Historia. Y decidir qué ver en Roma una labor épica. Para facilitarle esta tarea, Panavisión Tours le ofrece los mejores circuitos para no perderse nada.

La capital del Tíber, el río que ha marcado la existencia de la ciudad desde su fundación por Rómulo y Remo, es un museo en sí misma. Arte, arquitectura, restos arqueológicos y el Estado del Vaticano -ciudad estado que se encuentra dentro de los límites de Roma- se encuentran en cada rincón de la ciudad.

El recorrido por la ciudad, ya sea de día o de noche, le llevará a descubrir tesoros cuyas fotografías habrá visto en múltiples ocasiones pero que no hacen justica a su belleza. La magia que envuelve la Plaza de España, con sus 135 peldaños, es uno de ellos. En lo alto de esta magnífica escalinata podrá admirar la Iglesia de Trinitá dei Monti, y a sus pies una de las fuentes barrocas más bonitas de la ciudad, la Fontana della Barcaccia.

Si esta fuente le sorprenderá, más lo harán las que se encuentran en la plaza Navona: La Fontana dei Quatro Fuimi, la Fontana di Nepttuno y la Fontana del Moro. Y sin duda, la fuente más famosa de Roma, la Fontana di Trevi. Esta obra de arte de Nicola Silva -aunque primeramente fue encargada a Bernini- destaca por sus 40 metros de frente y su prodigiosa decoración. Dedica al agua, dentro de la fuente destaca la imponente estatua de Zeus escoltado por los tritones. Es conocida como la "fuente de los deseos" por la tradición que asegura que quien arroja una moneda se asegura regresar a Roma.

Esta fuente se encuentra en el famoso barrio del Trastévere, el más turístico de Roma. Sus estrechas calles empedradas, sus edificios de estilo medieval declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y sus típicas heladerías le convierten en uno de los lugares más pintoresco y con más encanto de Roma.

El Trastévere no es el único barrio que merece la pena visitar. La Isla Tiberina, en el río Tíber, es una parada obligatoria en su circuito. Allí podrá ver el Templo de Esculapio, el dios romano de la medicina. Y, de camino a la Roma Quadrata, donde se encuentran gran parte de las principales ruinas romanas de la ciudad, aproveche para conocer la colina de Aventino, una de las siete sobre las que se levantó Roma y que hoy es una de las zonas residenciales más lujosas de la ciudad.

En la colina del Palatino, la más céntrica de las siete, podrá ver las grandes construcciones romanas. El Foro Romano es una de las principales atracciones de la ciudad, en el que se encuentran restos como el Templo de Cástor y Pólux, el de la Concordia y el de Rómulo, además de la Rostra, tribuna desde la que los políticos daban sus elocuentes discursos, el Arco de Septimio Severo o el Arco de Tito.

Desde el Foro, su visita debe continuar por la Vía Sacra hasta llegar al Coliseo, otra de las grandes obras arquitectónicas romanas. Este anfiteatro, que fue el lugar donde se celebraron los juegos romanos y las famosas luchas de gladiadores, fue construido en el silgo I, está incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y ha sido elegido como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. El Circo Máximo, estadio para carreras de carros, es otra de las grandes muestras de espacios dedicados a actividad lúdicas que aún se conservan del Imperio Romano.

El Panteón de Roma es la construcción religiosa más importante que queda de aquella época. Dedicado a todos los dioses, se conoce también como el Panteón de Agripa por la inscripción que se puede leer en el friso del pórtico que da acceso a este edificio de planta circular.

Cualquier circuito por la ciudad de Roma debe incluir una visita a la plaza de Venecia, en la que se encuentra el Monumento a Víctor Manuel II, el último rey de Cerdeña y el primero de Italia; la Columna Trajana y el Campidoglio. Esta plaza, que fue proyectada por Miguel Ángel, acoge varios edificios de interés. Entre ellos es Palacio de los Conservadores, el Palacio Nuevo -los dos son sede de los Museos Capitolinos- y el Palazzo Senatorio, que alberga el Ayuntamiento de la ciudad. Podrá admirar la doble escalinata y la balaustrada profusamente decorada por magníficas estatuas y, en el centro de la plaza, la estatua ecuestre de Marco Aurelio.

La ciudad del Vaticano y las iglesias de Roma

Un circuito por Roma no estaría completo si no se visita el Vaticano, la ciudad estado que se encuentra dentro de la propia capital de Italia y que es centro administrativo y espiritual de la Santa Sede -máxima institución de la Iglesia Católica-. Su reducido tamaño -33 hectáreas- no ha impedido que dentro de sus límites se encuentren algunas de las maravillas artísticas y religiosas de mayor relevancia de Italia y del mundo.

Los Museos Vaticanos albergan la amplia colección de arte propiedad de la Iglesia, mientras que en el Palacio Apostólico se encuentra la obra maestra de Miguel Ángel, la Capilla Sixtina. Su belleza le trasladará a las escenas del Viejo y Nuevo Testamento que Miguel Ángel representó en las paredes y en la bóveda de esta capilla. Y su altar, en el que el artista puso a trabajar su pincel para dar vida al Juicio Final, le emocionará.

Otro de los puntos de mayor interés del Vaticano es la Basílica de San Pedro, la mayor iglesia del mundo. Levantada sobre el lugar donde fue enterrado San Pedro, para traspasar sus puertas hay que atravesar la plaza de San Pedro, diseñada por Bernini, y en la que se encuentran la columnata con estatuas de diferentes santos que la rodea y el Obelisco Vaticano.

En el interior de la Basílica de San Pedro hay obras de arte de valor incalculable, entre ellas La Piedad de Miguel Ángel, a la que se suman otras esculturas que representan a distintos santos, monarcas y Papas. Destaca también el original diseño de su suelo de mármol.

Las Basílicas Mayores y las Catacumbas pueden completar su visita por el que es sin duda el mayor lugar de peregrinación del Catolicismo.