Viajes a Venecia, la ciudad de los canales - Panavisión Tours

Viajes a Venecia

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Viajes a Venecia, la ciudad de los canales

La plaza San Marcos, los palacios, puentes y todo lo que hay que ver en Venecia

Los viajes a Venecia le trasladarán a un destino único. Y lo es porque todo lo que hay que ver en Venecia es distinto a lo que pueda encontrar en cualquier otra ciudad del mundo. El mapa de la ciudad está formado 120 islas unidas por 150 canales por los que transitan las conocidas góndolas.

El visitante accederá a la ciudad traspasando el Puente de la Libertad. Su primer contacto con Venecia será la Piazzale Roma, desde la que podrá empezar a entrever los canales y callejuelas que dan forman a Venecia. Podrá disfrutar de un paseo nocturno por las calles que le llevarán a parar al Gran Canal, que recorre la ciudad trazando un S. A lo largo de sus 4 kilómetros de longitud, entre la punta noroeste de Venecia hasta la dársena de San Marcos, podrá cruzar los únicos cuatro puentes que lo cruzan.

Sea de día o de noche, no querrá dejar pasar la ocasión de hacerse una foto en el Puente de Rialto, el más famoso de los cuatro que cruzan el Gran Canal y que es también el más antiguo de la ciudad. La actual construcción de esta plataforma es de finales del siglo XVI, aunque sus orígenes se remontan al siglo XII. También destaca sobre otros puentes de la ciudad por su estructura. A diferencia de la costumbre de la época, que copiaba el estilo romano en la construcción de los puentes, el Rialto está formado por un único arco con dos rampas inclinadas que se cruzan en un pórtico central. A cada lado de las rampas hay una fila de cubículos rematados en arcos de medio punto en los que se han establecido tiendas de recuerdos de la ciudad.  

Además de este puente, otros tres cruzan el Gran Canal de Venecia: el Puente de la Academia, el Puente de los Descalzos, y el Puente de la Constitución, el más moderno de todos que comunica la estación de Santa Lucía con la Piazzale Roma. Pero la ciudad está repleta de maravillosos puentes, como el de Los Suspiros, de estilo barroco y que debe su nombre a que daba acceso a la antigua cárcel de la ciudad y desde él se oían los suspiros de los presos.

Si lo desea, puede recorrer estos canales y pasar por debajo de sus típicos puentes realizando un paseo en una clásica góndola. Una experiencia que sólo podrá vivir en una ciudad como Venecia y desde la que podrá admirar los impresionantes palacios que aún perviven en la ciudad. De entre ellos, Ca' d'Oro le sorprenderá por su riqueza arquitectónica.

El segundo gran atractivo de los viajes a Venecia es sin duda visitar la Plaza de San Marcos. Este gran espacio destaca por ser la única plaza de Venecia –el resto son piazzales o campos-, por ser el punto más bajo de Venecia –y también el primero en inundarse cuando sube el nivel del mar- y por las miles de palomas que formarán parte de todas sus fotos y que se han convertido en las “mascotas” de Venecia.

La plaza de San Marcos está rodeada por bellos edificios representativos de los distintos estilos arquitectónicos venecianos. Desde luego, el principal de ellos es la Basílica de San Marcos, y de hecho la plaza se construyó en el siglo XI para acompañar a esta gran edificación, que se empezó a levantar el siglo IX. La fachada y el interior de la Basílica de San Marcos permiten hacer un recorrido por los movimientos artísticos de varios siglos, ya que una ley de la República de Venecia imponía como tributo a los mercaderes hacer un regalo para embellecer San Marcos.

La fachada principal de este templo católico da a la plaza con la que comparte nombre. En ella se pueden ver cinco portadas decoradas con magníficos mármoles y esculturas y una espectacular puerta de bronce de estilo bizantino. La parte superior de esta bella fachada tiene un remate gótico florido veneciano donde se puede ver la copia de los cuatro caballos de cobre dorado, una obra de arte que está datada entre los siglos IV y III antes de Cristo. Digna de ver es también la fachada sobre el Gran Canal, que cuenta con un bonito remate gótico. Y su interior, decorado de mármoles orientales, esculturas, mosaicos, columnas y capiteles. De entre todos los trabajos artísticos que se pueden ver dentro de la basílica, destaca la Pala de oro, un retablo que entremezcla la orfebrería bizantina y veneciana y que fue confeccionado con esmaltes engastados en monturas de oro, plata y pedrería.

Junto con la Basílica, el Palazzo Ducale o Palacio Ducal es el otro edificio en el que deberá centrar su atención. De estilo gótico, es uno de los símbolos de la gloria y el poder que llegó a tener Venecia. Durante años fue la residencia de los dux (líder), sede del gobierno, de la corte de justicia y de la prisión de la República de Venecia.

Y dentro de la propia plaza, también están otras espectaculares construcciones, como el Campanille, el campanario de la Basílica de San Marcos –independiente de esta-. Construido en ladrillo, sus 98,6 metros de altura están coronados por un campanario blanco que aloja cinco campanas. Y deberá girarse para ver la Torre del Reloj, situada encima del pasaje con forma de arco que da paso a las Mercaderías –la calle comercial más importante de la ciudad-. En lo alto del arco se puede admirar un reloj de considerables dimensiones realizado en esmaltes azul y dorado y que marca las horas, las fases de la luna y el zodiaco. La torre está coronada por estatuas de bronce, conocidas como los “moros”, que dan las campanadas a las horas en punto.

Y si alguna industria destaca en la ciudad de Venecia es sin duda la de cristal de Murano –que recibe su nombre de la isla en la que se produce-. No deje pasar la oportunidad de visitar una de las típicas fábricas que han dado fama mundial a este tipo de cristal decorativo que se produce de manera artesanal desde hace siglos.