Copenhague, Dinamarca
Copenhague, turismo con encanto y con historia. Y una historia que tiene sabor a cuento, ya que la ciudad vio crecer como literato a Hans Christian Andersen, el famoso autor de cuentos infantiles, y aún mantiene en funcionamiento el parque de atracciones más antiguo del mundo: el Tívoli.
Viajar a Copenhague le llevará a conocer, además de sus grandes monumentos, una ciudad llena de magia, de un ambiente único y de rincones que no le dejarán indiferente. Desde luego, una de las primeras cosas que hay que ver en Copenhague es "la Sirenita". La estatua, que se ha convertido en el símbolo de la ciudad y de toda la nación, representa a la protagonista del cuento homónimo de Hans Christian Andersen, que popularizó Disney.
Cuenta la leyenda, que los pescadores sucumbían ante el dulce cantar de una sirena, y de ahí que la estatua de bronce esté mirando al mar Báltico. Esta escultura fue donada a la ciudad por el empresario Carl Jacobsen, fundador de la marca de cerveza Carlsberg. El escultor quiso que la modelo para la Sirenita fuera la bailarina danesa Ellen Price, toda una estrella local, pero se negó a posar desnuda. El cuerpo de la escultura reproduce el de la mujer del autor, Edvard Eriksen, pero el rostro es el de Price.
Esta no es la única muestra del paso de Andersen por Copenhague. Turismo tras los pasos del famoso escritor es posible en esta ciudad. Por ejemplo, en la plaza del Ayuntamiento podrá encontrar una bonita estatua en su honor, y en la catedral de la ciudad visitar su tumba.
Ya que se encuentra en la plaza del Ayuntamiento no deje de admirar el edificio que da cobijo al consistorio municipal. De su exterior deberá admirar la multitud de esculturas que lo adornan. La mayoría de ellas representan historias de la mitología escandinava, con dragones y serpientes destacando por encima de las demás. Y, en su interior, no pierda la ocasión de ver el reloj astronómico de Jens Olsen, que supuso una verdadera revolución para la ingeniería del siglo XX.
En la misma plaza, en otro edificio, también se encuentra una de las curiosidades de la ciudad. Se trata de la conocida como “chica del tiempo de Copenhague” , un barómetro rotatorio que durante años anunciaba a los habitantes de la capital danesa la meteorología del día siguiente. Si el día iba a estar soleado, aparecía una chica en bicicleta; y si el día se presentaba nublado, la chica portaba un paraguas.
Desde esta plaza parte la principal vía de Copenhague, Calle Storget. Se trata de la avenida peatonal más grande de Europa, fruto de la unión de varias calles. A lo largo de ella, puede ver tiendas y cafés en la que los habitantes de la ciudad hacen su vida.
En el lado opuesto de la calle Storget se encuentra uno de los rincones con más encanto de la ciudad: Nyhavn. Se trata de un pequeño canal famoso por las casas de distintos colores que la rodean. En los bajos de los edificios, se han situado pintorescos cafés en los que podrá disfrutar de un relajado momento dentro de esta urbe.
Y, también cerca de la plaza del Ayuntamiento se encuentra el Tívoli, el parque de atracciones más antiguo del mundo, y uno de los que más encanto tiene. Además de tiovivos y otro tipo de atracciones, en su interior podrá contemplar actuaciones teatrales y otro tipo de espectáculos. Son comunes los fuegos artificiales al anochecer.
Palacio de Amalienborg es otro de los edificios emblemáticos de Copenhague. Turismo a la historia de la realeza danesa es lo que podrá realizar visitando este impresionante complejo compuesto por cuatro edificios. De estilo rococó, hoy sigue siendo la residencia de la familia real de Dinamarca.
El Castillo Rosenborg es otro de los lugares emblemáticos de Dinamarca y de Copenhague. Este edificio da cobijo hoy tanto al parlamento como al gobierno danés.
Otro de los lugares más pintorescos de Copenhague es Christiania, un barrio que funciona como su propia organización dentro de la ciudad, de hecho, al salir de este recinto podrá leer un cartel que dice “está usted entrando en la Unión Europea”, porque los 850 habitantes censados en esta área no se consideran miembros de la UE.
Y, otros dos lugares que hay que ver en Copenhague son la Gliptoteca Carlsberg, un museo que toma el nombre de su fundador, el cervecero Carlsberg, y que alberga una impresionante colección de esculturas de distintas épocas; y el Museo Nacional, en la que podrá conocer un poco mejor la historia de Dinamarca y su pasado vikingo.
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