Bath, Inglaterra
Bath, Inglaterra es una de las ciudades con más historia de Gran Bretaña. Fundada por los romanos, que descubrieron sus aguas termales, ha conocido un gran esplendor a lo largo de los siglos gracias a su condición de ciudad-balneario.
Sin duda alguna, las termas romanas son el principal monumento que ver en Bath. Los romanos que conquistaron la isla de Gran Bretaña descubrieron los manantiales de fuentes termales. A raíz de ellos construyeron unos espléndidos baños que han durado hasta el día de hoy y se han convertido en uno de los restos arqueológicos de la época mejor conservados del mundo.
Dentro del complejo de las termas de la ciudad de Bath podrá visitar varios puntos de interés. Por una parte podrá internarse en el recinto del manantial sagrado, donde nace el agua a una temperatura de 46º y el ambiente está cargado de una suave humedad cálida que empapa la piel. Después contemplará el templo, dedicado a Sulis Minerva, y su frontón, dominado por una terrorífica gorgona. Por último, podrá echar un vistazo a los baños, que, siguiendo los cánones de las termas romanas, constaban de un caldarium –baño caliente-, un tepidarium –baño templado-, y un frigidarium –baño frío-.
A pesar del impresionante tesoro que suponen las termas, tras la desaparición de los romanos de la isla, en el siglo V, el complejo fue abandonado y sepultado por los sedimentos. No fue hasta el siglo XIX cuando esta joya de la arqueología volvió a salir a la luz.
Pero las termas no son el único monumento de Bath, Inglaterra. Destaca también el edificio Royal Crescent. Este magnífico complejo es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura georgiana del siglo XVIII. Se trata de 30 casas pareadas que conforman un semicírculo en torno a una plaza. Precisamente desde esta plaza la visión del Royal Crescent es sencillamente espectacular.
El edificio fue construido para albergar las viviendas secundarias de los nobles y los ciudadanos británicos importantes que venían a tomar las aguas termales de Bath.
Destaca también en Bath, Inglaterra, su abadía. Este impresionante edificio es conocido por ser uno de los mejores ejemplos del gótico de Gran Bretaña. Sin duda alguna, sus vidrieras son el principal atractivo del templo. Los vitrales cubren hasta 52 ventanas, que suponen la increíble proporción del 80% de los muros de la iglesia y empapan el interior de una preciosa luz.
En Bath, Inglaterra podrá acercarse hasta la historia más antigua de Inglaterra y contemplar una auténtica joya de la época romana y otros monumentos que le dejarán sin aliento.
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