Tirol, Austria al natural

Tirol, Austria, es una de las regiones más bonitas y completas de Europa. Los bosques y las montañas de los Alpes orientales dominan el paisaje en el que encontrará pintorescos pueblecitos que parecen detenidos en el tiempo.

Según vaya atravesando el Tirol, Austria se irá presentando ante usted de una forma completamente distinta. De hecho, la variedad cromática, la cantidad de tonos verdes que podrá ir observando, le parece increíble. La belleza de los paisajes de esta región austríaca es asombrosa.

Además de los paisajes, con sus valles –que recorre el río Inn-, montañas y bosques, el Tirol cuenta con numerosos pueblos en los que las viejas tradiciones están fuertemente arraigadas. Por supuesto, su viaje a Tirol, Austria, no puede dejar de pasar por la capital de esta región: Inssbruck. Se trata de una bonita ciudad en la que no dejará sorprenderse con los tesoros que salvaguardan sus calles.

Pero, además, podrá conocer pintorescos pueblos en los que el tiempo parece que se ha detenido siglos atrás. Y, de hecho, aún se podrá cruzar con algunos de sus habitantes vistiendo el típico traje tirolés. Todo un espectáculo.

De los numerosos pueblos que podrá visitar le recomendamos tres. Rattenberg, cuyo origen medieval aún se puede sentir en sus calles, y uno de los centros de artesanía tirolesa del vidrio –la marca Swarovski, para que se haga una idea, nació en esta área de Austria-. Kitzbuhel, una elegante localidad de veraneo en la que en otras épocas se podía ver a la más alta nobleza austríaca y que cuenta con derechos municipales únicos que datan nada más y nada menos que del siglo XIII. Y, por último, Sant Hohann en Tirol, donde podrá observar las típicas casa de madera de esta región, cuya decoración barroca de sus fachadas le enamorará.

A lo largo de todo el Tirol, Austria desplegó también sus impresionantes palacios. Uno de los más destacados es el palacio de Herremchiemsee, que pretendió ser una copia idéntica de Versalles, pero Luis II de Baviera se quedó sin recursos económicos para terminarlo. Además del impresionante edificio, deléitese paseando por sus jardines, con sus serpenteantes caminos, setos recortados y su propio embarcadero.