Monte Fuji, el techo del Imperio del Sol Naciente - Panavisión Tours

Monte Fuji

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Monte Fuji, el techo del Imperio del Sol Naciente

Es su principal atractivo, pero no es lo único que hay que ver en la ciudad de Hakone

Todo lo que hay que ver en Hakone, Japón, le traerá recuerdos de una naturaleza salvaje y hermosa. La ciudad contrasta con la cercana Tokio –está a sólo 100 kilómetros de la capital de Japón- por la tranquilidad que en ella se respira en comparación con el ajetreo constante de la gran metrópoli nipona. Pero, sobre todo, atrae a la atención de los visitantes por su cercanía con el Monte Fuji, la montaña sagrada de Japón.

Las opciones para disfrutar de las vistas de este volcán –aunque se encuentra activo, su última erupción tuvo lugar a finales del siglo XVIII- son varias. Y, sin duda alguna, le gustará disfrutar de distintas perspectivas de la montaña más alta de Japón: un cono perfecto, que mezcla los colores oscuros propios de la piedra volcánica con vegetación y con la nieve blanca de su cima.

El Monte Fuji es sagrado para numerosas religiones. Según el sintoísmo, un emperador ordenó destruir la cima del monte para lograr un exilio de la inmortalidad que lo poseía, y de hecho, el humo que a veces sobresale del cráter del volcán simboliza esa área de la montaña que se consume. El budismo lo venera por su forma, que rememora a la flor de loto. Por ello, los santuarios en honor a las distintas divinidades de las diferentes religiones se han construido numerosos santuarios y templos en el camino que lleva hasta la falda del Monte Fuji. Más pagana es su consideración como Patrimonio de la Humanidad, título que logró en 2013 tras varias peticiones del Gobierno nipón.

A lo largo del camino hasta Hakone existen varios miradores que ofrecen unas espectaculares vistas de la montaña sagrada de Japón. Pero si quiere una forma distinta de admirar el Monte Fuji deberá realizar un crucero por el lago Ashikono, uno de los múltiples lagos que existen dentro del Parque Natural de Fuji-Hakone-Izu. O tomar el teleférico que le llevará hasta la cima del Monte Komagate, y, si el tiempo le acompaña y las nubes no se han instalado a lo largo del valle, mirar de frente al Monte Fuji.

Ya en la ciudad uno de los principales atractivos que hay que ver en Hakone son sus fuentes termales. De todas las áreas que puede visitar en su viaje a Hakone, la más llamativa es Owakudani, que se encuentra alrededor del cráter formado tras la última erupción del Monte Hakone, hace ya más de 3.000 años.

En esta zona volcánica, a pesar de no tener ya ninguna clase de actividad, piscinas sulfurosas salpican el paisaje, en el que se entremezclan también fuentes de aguas termales y ríos de agua caliente. Todo ello dibuja un paraje bucólico en el que los vapores –sin ningún peligro para la salud- crean un ambiente mágico y relajante.

Aunque las piscinas termales son el principal atractivo, no es lo único que hay que ver en Hakone. En la ciudad también destaca su Jardín Botánico, con más de 1.700 especies, y el Santuario Hakone, un templo que, según la leyenda, fue creado por un ermitaño de la montaña Mangan para unir tres santuarios de menor tamaño: uno en la parte superior de la montaña Kame, otro en la cima de la montaña Komagate, y otro llamado Han'nyanji, para adorar al kami (dios) de las montañas.

Disfrute del paseo hasta su interior a través de unos escalones que están delimitados por tradicionales linternas y un bosque de cedros. En su interior podrá observar distintos edificios típicos de las construcciones de santuarios. Y, cabe destacar sus torii –arcos tradicionales japoneses-, dos en la montaña y uno en el lago Ashi, que se han convertido en un símbolo de la ciudad de Hakone.