Lovaina, Bélgica, la historia brabanzona

Lovaina, en Bélgica, a veces también llamada Leuven, su nombre en flamenco, es una de las visitas más interesantes que se pueden al visitar la zona de Flandes y más concretamente la región de Brabante de la que es capital. Lovaina es una ciudad universitaria repleta de vida, donde en cada calle se puede sentir un ambiente animado y juvenil, pero también alberga alguno de los monumentos más impresionantes del país.

Sin duda, el principal atractivo turístico de Lovaina está en su Grote Markt, la Plaza Mayor. En esta explanada podrá contemplar la impresionante figura de dos de las construcciones más famosas de todo el país: el Ayuntamiento de Lovaina y la Iglesia de San Pedro.

El Ayuntamiento de Lovaina, Bélgica, está considerado como la mejor muestra del estilo gótico brabanzón y no es para menos. Vale la pena detenerse varios minutos a admirar su arquitectura, con una facha completamente cubierta de nichos puntiagudos con una calidad de detalles impresionante. En todos ellos encontrará numerosas esculturas y un sinfín de referencias bíblicas.

Si el exterior del ayuntamiento es una maravilla, el interior poco tiene que envidiar. En este recinto se exponen numerosas obras de arte, incluida una colección de esculturas de Constantin Meunier y una galería de lienzos que inmortalizan a los distintos alcaldes de la ciudad belga.

Junto al ayuntamiento de Lovaina, el turismo en la ciudad también se concentra en la Iglesia de San Pedro. Al igual que su vecino secular, esta iglesia también está construida en un precioso estilo gótico brabanzón. Es además, una de las dos únicas iglesias en el mundo que ostentan el rango de Iglesia Magistral, ya que todos sus canónigos debían ser Doctores en Teología. Una prueba de la importancia de la Universidad en la historia de la ciudad.

Precisamente, otro de los monumentos que no puede dejar de visitar en Lovaina es la Biblioteca de la Universidad. Al contemplar este increíble edificio le parecerá estar mirando una iglesia más que una biblioteca. Del edificio destaca su enorme carrillón, que con 63 campanas, el segundo más grande de Bélgica y de Europa. Además, si se fija en detalle en la fachada encontrará muchas referencias a la ayuda norteamericana, que propició que la Biblioteca de Lovaina fuese reconstruida tras la I Guerra Mundial.

Otro de los edificios monumentales de Lovaina que debe visitar es el Beaterio Mayor. Alejado del centro histórico de la ciudad, este complejo de más de 3 hectáreas y 300 casas –una ciudad en miniatura, se podría decir- es el lugar perfecto para dar un paseo por enormes prados cubiertos de verde y relajarse en un paisaje bucólico. El Beaterio de Lovaina es el mayor exponente de los beguinajes flamencos, un conjunto monumental declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Por último, no puede marcharse de Lovaina sin acercarse a su tradición cervecera. Lovaina es un sinónimo de cerveza a lo largo de toda Bélgica, y en cualquiera de sus bares y tabernas, animados por el ambiente universitario, podrá degustar alguna de las cervezas autóctonas. Una estupenda manera de acabar su visita a esta ciudad brabanzona.