Viajar a la Capadocia
Hayas o no contratado la popular excursión en globo, los valles de la Capadocia merecen una visita con los pies en la tierra.
El Castillo Uchisar suele ser el primer punto de interés que se visita en una jornada de viaje por la Capadocia. No se trata de un castillo construido por el hombre, sino de un promontorio volcánico tallado por la acción del agua y los vientos. El resultado es un paisaje espectacular, formado por picos, conos y obeliscos. Alrededor del risco se pueden observar claramente las casas habitadas durante los períodos bizantino y turco.
Tras visitar el Valle Guvercinlik o de las Palomas, un paraje donde nada parece haber alterado el ritmo natural de las cosas, hay que ir al Valle de Goreme, epicentro de un espectacular escenario de conos y chimeneas de hadas.
A las afueras del pueblo se encuentra el Museo al Aire Libre de Goreme, un complejo monástico compuestos de iglesias y capillas excavadas en la roca y recubiertas de frescos de los siglos X y XIII que se han conservado perfectamente gracias a la ausencia de ventanas. Las inscripciones en las rocas hacen pensar que Goreme fue uno de los principales centros de peregrinación de toda Anatolia. El complejo monástico es uno de los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El siguiente valle a visitar es el de Cavusin, donde se pueden ver casas excavadas en la falda de la colina y se visita la iglesia de San Juan Bautista.
El tour por la Capadocia puede terminar con uno de los platos fuertes, el Valle de Pasabag, donde se encuentran los más espectaculares ejemplos de “chimeneas de las hadas”, algunos de hasta tres cabezas.
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