Bahía de Halong
La Bahía de Halong parece un escenario de película. El paisaje que se descubre nada más llegar al embarcadero de Baichay le mostrará un laberinto de islas, islotes y cuevas inabarcable para la vista.
La mejor opción para conocer este paraje sin igual es embarcarse en un crucero en uno de los tradicionales barcos de junco, donde podrá pasar una noche navegando entre las 1.970 islas que forman parte de la Bahía de Halong y las otras 2.000 que emergen en el mar en el camino hacia la costa china.
Declarado Patrimonio de la Humanidad y elegida una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo, el origen de la Bahía de Halong se remonta a más de 250 millones de años. Según la leyenda popular, hace mucho tiempo durante una de las guerras que los vietnamitas libraron con sus vecinos chinos –que intentaron conquistar el país en múltiples ocasiones- los dioses enviaron en su ayuda a una familia de dragones. Estos, en vez de escupir llamaradas de fuego, lanzaban joyas y jade. Y cuentan que se terminó convirtiendo en una lámina de aguas verdosas como el jade salpicadas de miles de islas e islotes de piedra caliza cubiertos de una exuberante vegetación que hoy es la Bahía de Halong.
Independientemente de toda fábula, lo cierto es que este laberinto de islas ha ayudado en múltiples ocasiones a los vietnamitas a detener el avance de sus invasores.
De todas las formaciones que se podrá ir encontrando en su crucero por las tranquilas aguas de este paraje, solo 989 tienen nombre, algunos derivados de la forma que adoptan, como las “rocas que se besan", el “gallo de pelea", el “tejado", o la “cabeza humana".
Además de la belleza de su paisaje, destacan la gran variedad de especies animales y vegetales que moran en estas islas –la mayoría están deshabitadas-. Iguanas, monos, antílopes, y diversas aves y más de doscientas especies de peces pueblan este rincón natural sin igual. También podrá disfrutar de la vista de sus numerosas cuevas, entre las más famosas están Hang Sung Sot (cueva del aturdimiento), que destaca porque en su interior se encuentra una roca en forma de miembro viril; Hang Dau Go (cueva de la Madera Escondida), que sorprende por su tamaño, su estado de conservación y el espectacular mirador que ofrece unas asombras vistas sobre la bahía; Hang Thieng Cung (gruta del Palacio Celestial) y Hang Trong (cueva del Tambor).
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